viernes, 16 de agosto de 2019

Bitácora, el derrotero de un dolor. Invisible.


INVISIBLE

Me he vuelto invisible
y de tanto que no se me ve: muda.
Útil sin embargo
como libro de consulta.
Soy el dínamo oculto
que pone en marcha
el sistema casa-morada-hogar.
La línea eléctrica,
la energía calórica.
A veces el aire
de la ventana abierta,
otras,
el agua que está en la heladera.
Puedo ser también
el pelo arreglado
o el ruedo en el pantalón.
Si voy como accesorio
colgaré
graciosamente.
Y no se levantará mi voz
para el conocimiento
ni la impertinente disidencia.
Invisible.
De tan muda: invisible.
Y sólo me verán
cuando no esté.

ViNuCa, 7/4/2019

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